jueves, 5 de marzo de 2015

El negocio de autos ya no es rentable para la mitad de las aseguradoras

En el negocio del seguro de automóviles se multiplican los avisos para desactivar la feroz guerra de precios bajo riesgo, en caso de no virar estrategias, de convertirlo en deficitario. 

Uno de los indicadores más alarmantes lo ofrece el reparto de negocio y resultado: un 53 por ciento de las entidades que comercializan pólizas de vehículos copan un tercio de la facturación del ramo y apenas se apuntan un dos por ciento de su beneficio. Son el 47 por ciento restante de las aseguradoras las que acaparan casi toda la ganancia, aunque solo recauden dos tercios de la tarta de ingresos.

Las cifras corresponden al servicio de estadísticas y estudios del seguro ICEA, cuyo director general José Antonio Sánchez, calificó de "preocupante" la desequilibrada distribución al detallarlas en unas jornadas de perspectivas organizada por la firma. A su juicio no existe un riesgo de viabilidad del ramo dado que su rentabilidad es del 7,1 por ciento -con datos de septiembre, últimos disponibles-. Este ratio mide cuánto ganan las compañías con la venta de pólizas de auto en relación a la recaudación por primas. Sin embargo la tasa sectorial está lejos de ser homogénea. De hecho, el citado 53 por ciento de las compañías se mueve por debajo de dicho umbral, con un ratio cero o, incluso, situado en terreno negativo en un buen puñado de ellas.

Un 20% del negocio perdido

La guerra de precios, azuzada durante la crisis por el afán del ciudadano de abaratar su póliza, se ha llevado por delante un 20 por ciento de la tarta de negocio desde 2008 o el equivalente a sacar del mercado a cuatro de las diez primeras compañías, y ha estrechado de manera dramática el margen. Si en 2011, los costes asociados a las coberturas por siniestros y otros gastos generales se comían el 96,7 por ciento de la recaudación por primas, dejando un margen del 3,3 por ciento, el año pasado el gap se estranguló al 1 por ciento con la vuelta de tuerca a los precios liderada por las grandes firmas del sector.
Las compañías pudieron bajar precios durante la crisis a niveles de los años 80 gracias al ahorro en gastos asociado a la reducción de los accidentes por el menor uso del coche, dado que las familias se impusieron economizar. Con la reactivación económica, el sector espera repuntes de la siniestralidad, toda vez que ha aumentado el uso del vehículo y previsiblemente lo hará aún más con el abaratamiento del carburante. Se prevé igualmente que las ventas de coches alcancen las 960.000 unidades frente a las 723.000 matriculaciones de 2013, algo que debería beneficiar a la industria con un aumento de la facturación si incentiva una mayor demanda de coberturas a todo riesgo, cuyos precios son superiores.
El escenario de bajos tipos de interés podría afectar además al rendimiento financiero logrado con las inversiones que algunas compañías han usado en el pasado para compensar rebajas en sus tarifas, reduciendo el colchón para mantener ofertas agresivas.

Crecimiento del ramo

No obstante, la directora general de Seguros, Flavia Rodríguez Ponga, se mostró convencida en las citadas jornadas de ICEA de que las compañías actualizarán sus tarifas si los gastos suben y lo aconseja el estrechamiento del margen, gracias a la alta automatización de sus sistemas, que permite evaluar y adaptar precios casi al instante.
"Los márgenes técnicos tenderán a estrecharse y los rendimientos financieros no van a ayudar", concluyó el director general de Mutua Madrileña, Juan Hormaechea, en el mismo foro. No obstante se mostró optimista y predijo que este año el seguro de autos romperá con siete años sucesivos de retrocesos y la facturación aumentará entre el 0,5 y el 1,5 por ciento.

Fuente: eleconomista

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